GUIA XONACATLAN 2016

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CONOCE XONACATLAN
 

Es un municipio integrado con pueblos que se ubican en montes y valles, lugares que durante miles de años formaron parte de la enorme “Cienega de Lerma”, que abarca desde Tenango del Valle hasta Xonacatlán y desde Toluca hasta el pie del monte de las Cruces. En los montes y serranías se establecieron los otomíes, primeros pobladores de Xonacatlán, quienes a pesar de las conquistas mexica y española, conservaron su cultura. En México, en 1821, fueron situaciones que beneficiaron al pueblo mexicano, porque con ello surgieron proyectos para una mejor forma de vida; se emite la Constitución de 1824, que permitió la creación del actual Estado de México, Xonacatlán, Mimiapan y Zolotepec pasan a formar parte de la prefectura y cabecera de partido de Toluca, capital del Estado de México.

Durante la Reforma, a los habitantes de Xonacatlán se les vendió cuatro caballerías de tierra propiedad del señor Tomás García dueño de la hacienda El Mayorazgo, promovidas por el Lic. Celso Vicencio Hernández. En 1868 Xonacatlán, Mimiapan y Tejocotillos pasan a forma parte del nuevo distrito político y judicial de Lerma. En 1869 a iniciativa del Lic. Celso Vicencio, se promueve ante el congreso del Estado de México la creación de la municipalidad de Xonacatlán. Iniciativa que se aprueba el 18 de octubre de 1870 con base en el decreto No. 38, erigiendo en municipalidad el pueblo de San Francisco Xonacatlán, con los de Santa María de la Asunción Zolotepec y San Miguel Mimiapan, separándolos de la municipalidad de Otzolotepec. El 1º de enero de 1871 toma posesión del primer ayuntamiento de Xonacatlán, presidido por C. Julián Copado.



 

XONACATLÁN

 

La unión de tres cebollas silvestres son las que le han dado origen al municipio de Xonacatlán, el glifo, tomado del Códice Mendoza, e ilustrado por Alfredo Chavero en el lienzo de Tlaxcala.



 

Xonacatlán es un nombre náhuatl, que se compone de xonacatl, “cebolla”; tlan, “entre” que significa “Entre las Cebollas”.

 

ORIGEN Y CULTURA

El nombre del municipio es de origen Otomí o Hña Hñu. Los primeros pobladores lo llamaron Ndeshi, que significa cebolla, en alusión a la cebolla silvestre que se encuentra en los campos de cultivo al escardar la tierra, y su topónimo fue tomado del Lienzo del Tlaxcala, tal y como lo ilustra Alfredo Chavero.

Diversos estudios se han realizado en torno al origen de los otomíes del Estado de México, péro a pesar de todo no se ha encontrado con certeza el significado preciso del vocablo otomí. En la obra “Pueblos Indígenas de México”, publicada en 1994 por el Instituto Nacional Indigenista, en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Social, describe el término “otomí” como: otho, que significa ‘no poseer nada’ y mí, ‘establecerse’, dos palabras que interpretan al otomí como pueblo errante.

Otros autores consideran que otomí proviene del náhuatl ototac ‘el que camina’ y mitl, ‘flecha’; así mismo, se puede derivar de totomitl, ‘flechador de pájaros o aves’.

Si tomamos en cuenta las distintas versiones, el término “otomí” se puede definir como “cazadores que caminan cargando flechas”.

Otro concepto nos dice que el término “otomí” fue aplicado por los aztecas a los grupos que consideraban inferiores o bárbaros. Se dice que la palabra “otomí” es de origen náhuatl, aunque su lengua pertenezca la familia otomí-pame. Las conferencias impartidas y las investigaciones publicadas por autores mexicanos y extranjeros sobre el asentamiento de la cultura otomí en el Valle de Toluca coinciden en considerarlos como los habitantes más antiguos el territorio mexicano, por lo que no se puede aceptar que hayan llegado al Valle de Toluca hasta el año 1120, como algunos autores lo señalan.

Horacio Zuñiga, en su obra El Estado de México desde la prehistoria hasta la conquista, nos abre un triste y profundo panorama cuando señala: “… el otomí, que una vez había sido vencido y expulsado a las regiones montañosas más ingratas y más apartadas del país, permanecía, como permanece aún en los obscuros rincones donde se ha refugiado, en estado casi vegetativo, indiferente casi a las más apremiantes urgencias de su propia vida; abúlico, misérrimo, poco menos que muerto; poco menos que sepultado en las cenizas de un pretérito varias veces milenario, e incapaz, por lo mismo, de poder almacenar una reserve de energías, tan grande y eficaz, como hubiese sido necesaria, no digamos para prolongar, pero ni siquiera para conservar la ilustre herencia de esa que fue nada menos que la más excelsa de las culturas mexicanas de le pre conquista: la tolteca o teotihuacana…”

De manera oficial existen diversas versiones referentes al arribo de la cultura otomí al Valle de Toluca. Algunos señalan que provinieron del oriente y al emigrar se ubicaron en el Valle de Tula en el siglo VII.

En el siglo XII, adquirieron preponderancia en el Altiplano, pero la perdieron en el siglo XIV a la llegada de los nahuas, quienes posteriormente conformaron el imperio Tolteca. Al caer Tula en poder de los chichimecas, los otomíes se dispersaron y emigraron hacia el oriente, hasta llegar al área de Xilotepec-Chiapan, en el valle de Toluca, hoy Jilotepec y Chapa de Mota al noreste del Estado de México, hacia pequeñas porciones de los Estados de Hidalgo y Querétaro.

 

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